Como antecedente, permíteme recordarte que tu Marca Personal la descubres cuando reconoces y contrastas tus atributos personales -fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas-. De esta manera contarás no solo de tu fotografía, o mejor dicho una selfie, sino de una “radiografía” -visión más completa-.
El Branding Personal, a diferencia de la Marca Personal, promueve los atributos positivos por los medios indóneos de tal manera que te permitan marcar una ventaja competitiva y el logro de tus objetivos y de tu propósito. También incluye controlar, minimizar o eliminar tus debilidades y amenazas a través de sesiones de autoreflexión, autoanálisis, sesiones de coaching, de mentoring, de asesoría y hasta de consultoría. Si hablamos de Branding Personal Digital, me estoy refiriendo específicamente a cómo promover a través del Internet tus fortalezas relacionadas con tu expertise (conocimientos, experiencias y habilidades).
Sería un error iniciar un programa de Branding Personal si no has identificado plenamente tu Marca Personal. De la misma manera, sería un gran error identificar tu Marca Personal y no potenciarla o promoverla.
Entonces, ¿contrato a un asesor o a un consultor?
Es cierto, impulsar tu Marca Personal Digital podrías realizarlo por cuenta propia porque en mucho o en poco conocemos cómo funcionan las redes sociales, una web y los blog; pero si tu presencia en las RRSS se limita a ver noticias, a darle like o hasta un up a una publicación, lo que podrías hacer es comprar un libro que te dirá cuáles son los principios, las estrategias y las herramientas digitales, incluso te hablarán de cómo pautar, cómo medir tu SSI en LinkedIn y hasta de SEO / SEM; sin embargo, llegar a su correcta aplicación y a ejecutar diariamente las tareas podría estresarte la vida, podría inducirte a cometer errores que comprometan tu reputación y el logro de tus objetivos como profesional, emprendedor o empresario.
Por lo tanto, sí conviene contratar la ayuda de un profesional; pero, ¿de un asesor o de un consultor?
Diferenciemos el uno del otro:
El asesor te dirá qué hacer, cómo hacer, qué redes sociales utilizar, con qué frecuencia publicar, cómo realizar campañas, qué precauciones debes tener, etc. y evaluará si tu trabajo cumple con los estándares de calidad preestablecidos conforme tu disponibilidad de recursos: tiempo y dinero, sobretodo.
Contrata a un asesor cuando tú cuentes con una experiencia, el conocimiento y las habilidades digitales básicas; además de paciencia y, sobre todo persevariancia para llevar a cabo las diversas actividades.
Ten presente que una publicación de alta calidad exige: buscar un tema de gran relevancia, fuentes veraces y confiables, información que la sustente, una imagen relacionada, ajustar la imagen al formato de la red social, grabar y subir videos, promocionar tus publicaciones, responder a comentarios, preguntas o críticas; básicamente.
Por otro lado, un consultor ejecutará las tareas del asesor, pero adicionalmente ejecutará las acciones que tú no seas capaz de realizar correctamente; o, por el contrario, realizará la mayoría de ellas de manera directa o a través de terceros de su confianza.
Por supuesto, una asesoría será mucho más económica que una consultoría; sin embargo te demandará tiempo. Entonces, si tienes los recursos económicos, pero no tienes suficiente tiempo ni conocicimiento, la mejor opción es contratar a un consultor.
Te recomiendo evaluar si los resultados de contratar a un consultor podrían financiar sus honorarios, ante lo cual podrías contratarlo bajo una modalidad mixta, cancelándole unos honorarios fijos más un bono por conseguir un prospecto, un lead o por cerrar un contrato.