Reseña del libro "La buena crisis" - Mario Abril

Este documento constituye un refuerzo a la conferencia impartida el 27 de abril de 2020 a través de la página en facebook: Business Book Training: https://bit.ly/BusinessBookTraining en la cual se dio una reseña del libro La Buena Crisis, de Alex Rovira.

El propósito de este documento es que el asistente a mi webinar logre aplicar las propuestas del autor con la mayor eficacia.

Mediante Business Book Training, mi intención es crear una extensa red de conocimiento conformada por profesionales, emprendedores y empresarios que anhelan ser exitosos o creen ser merecedores del éxito, pero por alguna razón no lo han logrado; y que les fascina los libros de negocios.

Les invito a compartir sus preguntas o inquietudes como un comentario y les propongo compartir este artículo. Yo creo que cuando compartimos una intención positiva y constructiva como ésta, el mundo, los astros y Dios nos devolverá a través de bendiciones.

Fuerte abrazo: Mario Abril F.

SOBRE EL AUTOR

Podría mencionar que Alex Rovira es autor y coautor de obras que han obtenido un gran éxito internacional con más de 9 millones de copias, que es un empresario, economista, conferenciante internacional y consultor español… sin embargo, esta fría descripción dice poco de Alex Rovira.
Por ello me atreveré a hacer una síntesis de las creencias que sustentan a su marca personal. En palabras de Alex Rovira:

• 

Me niego a renunciar a la utopía. Creo que hoy, más que nunca, son necesarios los idealistas sumamente prácticos. Pienso que la resignación es un suicidio cotidiano. Creo que cada cual es responsable de su propia vida y de contribuir con su trabajo a dejar un legado en forma de servicio, paz, salud, bienestar, prosperidad, amor y consciencia. Creo profundamente en el poder de transformación de la palabra que busca tender puentes para comprender al otro y para buscar siempre el bien y el beneficio común. Creo que sin valores no puede haber valor, y que sin buena gente no puede haber buena vida ni buena suerte.

Creo que es necesario que desarrollemos una inteligencia práctica basada en la empatía y el buen criterio, la voluntad de excelencia y de mejora continua, y que veamos en el otro no solo a quien es hoy, sino a quien puede llegar a ser.

Creo que hoy más que nunca es necesario potenciar la dimensión humana a través del cultivo e impulso del talento y de los valores, única fuente sostenible de la creación de valor económico y social a corto, medio y largo plazo. Creo en un liderazgo basado en el servicio y en el empoderamiento de las personas que se define desde la ejemplaridad. Creo en la palabra coherente con los hechos que impulsa la reflexión y la inspiración como herramienta de consciencia y transformación de personas y equipos.

Por todo ello creo que merece la pena vivir.

A MODO DE INTRODUCCIÓN

Hay muchos verbos que debemos conjugar para transformar al cliché “Crisis = Oportunidad” en una realidad; verbos como desaprender, volver a aprender, reflexionar, analizar, dejar ir, escuchar y callar hay que adoptarlos en nuestra realidad para convertir a esta crisis en una Buena Crisis.

En este libro Álex Rovira nos dice que “la crisis será lo que hagamos de ella”. Superar una crisis, incluida la que atravesamos, no tiene como propósito recuperar lo material sino afrontar cada instante con dignidad, esperanza y sentido de la realidad. Los momentos de crisis son propicios para aprender a combatir las dificultades, los cambios inesperados, la inmovilidad… y utilizar la inteligencia para confiar y seguir remando.

La Buena Crisis es una obra imprescindible para convertir las crisis en nuevas oportunidades; no solo nos dice cómo sino que los sustenta con ejemplos de superación y sabias palabras que revitalizan.

LA BUENA CRISIS
Reinventarse a uno mismo: la revolución de la conciencia

Cap. 1
Gracias, Crisis

Este tiempo de vicisitudes, preocupaciones y cancelaciones de planes es toda una invitación a la esperanza, a convertir este tsunami de miedos, incertidumbres y decepciones en nuevos escenarios y posibilidades que nos sacudan para que nos demos cuenta de lo que somos capaces de conseguir.

Gracias a la crisis, propiciamos el cambio. Sin embargo, la resistencia al cambio puede arrastrarnos hacia una situación aún más crítica: cruzarnos de brazos, caer en la rutina cuando la rutina deriva en un inmovilismo insostenible y, en última instancia, nos conduce a la “muerte”.

Del mismo modo no debemos pasarnos por exceso. No se puede pensar ni aspirar a un aumento en los resultados comerciales a cualquier costo.

Es como la parábola del caballo en el pozo:
Cuenta la historia que un campesino que se enfrentaba a grandes dificultades para salir adelante tenía algunos caballos para los trabajos de su pequeña granja. Un día, muy a su pesar, su capataz descubrió uno de los animales en un pozo muy profundo del que sería casi imposible sacarlo.Aunque el caballo no estaba herido, el campesino concluyó que la operación de rescate suponía una inversión demasiado alta. Decidió entonces que era preferible ordenar al capataz que sacrificase el caballo lanzando tierra en el pozo hasta enterrarlo. Comenzaron a rellenar el pozo con tierra, pero a medida que caía sobre el animal, este se la sacudía, la pisoteaba y quedaba acumulada en el fondo del pozo, lo que le servía al caballo para subir y subir hacia la superficie.

Cap. 2
Crisis, cambio y transformación

La crisis es algo inherente a la vida. La vida misma supone una serie de etapas críticas desde el nacimiento hasta la vejez, todas ellas con sus respectivos traumas. En cada uno de los momentos clave de la vida, tenemos que renunciar a una parte de lo que somos para llegar a ser lo que en verdad podemos ser.

Para sacar provecho de la adversidad no está de más acudir a los planteamientos del filósofo estadounidense Thomas Kuhn, que establece un claro paralelismo de la superación de la crisis con un cambio de paradigma. Así, el camino hacia un nuevo paradigma tendría las 5 estaciones siguientes:

Vivir estando más o menos a gusto, sin cuestionarlo.
Sufrir y reflexionar sobre los motivos.
Nos invade el malestar.
Trabajar en el cambio.
Vivir según otras motivaciones que no nos causan el mismo conflicto.

En la actualidad estamos estancados, tanto social como individualmente, en el tercer punto: invadidos por el malestar, la incertidumbre y el miedo.

La fase de crisis es necesaria si queremos entrar en la de revolución y conseguir un cambio de paradigma, pero para ello hace falta, ante todo, cambiar de actitud.

La predisposición a cambiar por decisión propia, creernos, perseverar y visualizar son los ingredientes de la transformación; en cambio, la actitud del conformismo, en cambio nos paraliza.

Ahora es oportuno recordar las palabras de Marcel Proust: “Aunque nada cambie, si yo cambio, todo cambia”.

Cap. 3
Contratado por tu talento y despedido por tu talante

Durante muchos años, en el ámbito empresarial ha existido la creencia de que lo que importaba era la gestión del talento, entendido como la suma de conocimiento y habilidad (el know-how). No obstante, paradojas como que un profesional con dos carreras y que domina cuatro idiomas no encuentra trabajo o no crece en la empresa como él lo aspiraría, evidencia la existencia de una variable más importante: la actitud o talante visto como cuán competente es a la hora de relacionarse amablemente con los demás.

Esto también explica por qué a muchos se les contrata por su talento y se les despide por su talante.

La actitud no es como los libros o la práctica que se puedan aprender, sino que solo nace cuando buscamos y revolvemos dentro de nosotros mismos. Está bien tener referentes a los que queramos emular sin perder nuestra individualidad y esencia, pero la actitud únicamente se la construye mediante la perseverancia y la observación continua, con humildad y gratitud, siempre en contacto con la conciencia.

Cap. 4
¿Queremos ser causas o efectos?

En una crisis podemos decidir ser víctimas o perdernos en la queja y culpar al sistema. Podemos esperar a que el presidente lo arregle todo o aceptar nuestra corresponsabilidad en todo lo que está ocurriendo.

No debemos olvidar que este es un mundo de interrelaciones, de efecto mariposa, de elecciones con impactos económicos y emocionales. Todos podemos ser causas, motores, empujes y energías si asumimos la responsabilidad propia y los efectos de la responsabilidad ajena.

Eso depende de nosotros, como lo ilustra esta inspiradora fábula:

Una hija se quejaba a su padre de las dificultades que envolvían su vida. Estaba cansada de luchar. Su padre, chef de cocina, la llevó a su lugar de trabajo. Allí llenó tres ollas con agua y las colocó sobre un fuego fuerte. En una colocó zanahorias, en otra sumergió huevos y en la última, granos de café. A los veinte minutos el padre los sacó y los puso sobre la mesa.

Dirigiéndose a su hija, el padre le ofreció la siguiente explicación. Los tres elementos sufrieron la misma adversidad: el agua hirviendo, pero habían reaccionado de forma distinta. La zanahoria estaba dura antes de llegar a la olla, pero tras hervir, se había vuelto débil y fácil de deshacer. El huevo había llegado al agua frágil, pero tras someterse a las altas temperaturas su interior se había endurecido. Los granos de café, sin embargo, eran únicos: después de cocerse se hicieron uno con el líquido, transformándolo.

Cuando la adversidad llama a nuestra puerta podemos responder como una zanahoria, que parece fuerte, pero cuando le toca el dolor se vuelve débil y pierde su fortaleza.

Podemos ser como un huevo: teniendo un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación o un despido volvernos duros y rígidos.
O podemos ser como los granos de café, ser el que mejor reacciona y hacer que las cosas a nuestro alrededor mejoren.

Cap. 5
La longanimidad o por qué la mariposa no necesita ayuda para nacer

El autor nos invita a revisar un concepto que conviene aplicar en situaciones de crisis: la longanimidad. Según el Diccionario de la Real Academia, longanimidad es “grandeza y constancia de ánimo en las adversidades”.

La longanimidad supone no abandonar una acción solamente porque nos parezca complicada. En el ánimo, el valor, la moral, el coraje o la longanimidad es donde reside la verdadera riqueza del ser humano.

Una comparación con el mundo animal sirve para ilustrar esta idea. Como es sabido, el gusano de seda construye un capullo para luego liberarse y renacer como mariposa tras la metamorfosis. El proceso de liberación es de lo más difícil, porque la crisálida tiene que esforzarse sobremanera con sus alas recién formadas para romper la cáscara de seda que la ha protegido durante su transformación. Cuando los científicos intentaron abrir artificialmente el capullo desde el exterior para ver qué pasaba, las mariposas liberadas fueron incapaces de emprender el vuelo; no se pudieron alimentar y murieron, porque no podían ni sabían volar.

De esta prueba científica se desprende que ese sobreesfuerzo desplegado por los gusanos son necesarios para que logren transformarse en mariposas y estas confíen en la fuerza de sus alas.

En definitiva, en la pérdida hay ganancia. Perder puede ser positivo y deberíamos dedicar tiempo a la crítica y a la autocrítica para definir lo que ganamos cuando aparentemente perdemos.

Cap. 6
El pensamiento lleva a la conclusión, pero solo la emoción lleva a la acción

Muchas veces nos quedamos aparcados en el pensamiento. Reflexionamos, anhelamos pero no llegamos a crear.

El autor nos propone una analogía con el “carguen, apunten y fuego”.

Carguen… Son los que se escudan en un planificar permanente que acaba siendo estéril.
Apunten… Son aquellos que aparentemente van a hacer algo, pero nunca se dan por satisfechos con los resultados de su permanente análisis, que parece eterno y que cada vez les confunde más.
Fuego… Son los que actúan sin pensar. Estas personas se precipitan sin entender sus acciones, por lo que se suelen arrepentir de ellas. Son quienes hacen sin prever las consecuencias de sus actos.

Necesitamos las tres fases para poder crear: cargar, apuntar y disparar; pensar, analizar y hacer.

La acción es nuestro gran remedio contra la angustia y la desesperación: nos permite ser más libres y detener la corrosión que produce el permanente dar vueltas a las preocupaciones.

Existe una falsa idea de que una información exhaustiva nos ayuda a prevenir y a evitar un problema, cuando es la acción la que nos ayuda a resolverlo. Hablar y analizar continuamente las malas noticias que genera la crisis solo contribuye a elevar los niveles de adrenalina y ofuscación.

Cap. 7
Ser creativos

La creatividad es el gran combustible del cambio provechoso.

Seremos creativos si nuestra confianza está en lo más alto y si nuestras expectativas son estimulantes y realistas. Es fundamental que creamos y nos convenzamos que somos los máximos responsables de construir nuestra realidad.

Esa construcción no puede existir sin la innovación y la innovación dependerá no solo del talento, sino especialmente del talante o la actitud. Es necesario, por tanto, que seamos rebeldes, provocadores, inconformistas, que dejemos de lado el miedo, sacudamos la inercia y nos atrevamos a ser lo que podemos llegar a ser.

Cap. 8
¿Crisis? ¡Oxitocina, por favor!

En la década de los setenta se descubrió de manera casual que nuestro complejo sistema de hormonas es responsable de nuestro ánimo.

El doctor Juan Hitzig, profesor de biogerontología en Buenos Aires ha elaborado el llamado Alfabeto Emocional SARD. Sus estudios de las personas longevas y saludables demostraron que existe una conexión entre la mente y el cuerpo.

Según Hitzig, cada pensamiento genera una emoción y cada emoción impacta en los cinco trillones de células que forman el organismo.

Las 7 conductas S (serenidad, silencio, sabiduría, sabor, sexo, sueño, sonrisa) promueven secreción de Serotonina, mientras que las 6 conductas R (resentimiento, rabia, rencor, reproche, resistencia, represión) facilitan la secreción de cortisol, una hormona corrosiva para las células, que acelera el envejecimiento.

Las conductas S, positivas, generan 5 actitudes A: ánimo, amor, aprecio, amistad y acercamiento. Las R, negativas, por el contrario, originan 4 actitudes D: depresión, desanimo, desesperación, desolación.

Con solo aprender este simple alfabeto emocional SARD desde edades tempranas, podemos lograr que más gente transforme a una crisis en una buena crisis y viva más tiempo y mejor.

Cap. 9
Decálogo

Concluyo la reseña de este poderoso libro, que nos puede ayudar a transformar una crisis en una buena crisis, a través de su decálogo:

• Crisis es vida. Si no vivimos situaciones críticas es que estamos muertos. Debemos celebrar que podemos contarlo y seguir remando.
• Aprendamos a relativizar. Lo que ahora nos parece terrible, quizá sea una bendición mañana. Conviene que tomemos distancia y veamos qué lecciones y oportunidades nos ofrece la crisis para poder aprovecharlas.
• Debemos entregarnos al cambio y transformarnos. El cambio viene de fuera hacia dentro, la transformación va de dentro hacia fuera. El cambio es efímero, pasajero; la transformación es estable.
• Aprendamos a progresar con la crisis, a cuestionar y a cuestionarnos por el bien común. Hemos de desarrollar nuestra capacidad crítica y nuestro criterio. No debemos conformarnos con la resignación y el miedo, sino luchar, sobreesforzarnos, entregarnos y cooperar para crecer haciendo crecer a los demás.
• Aprendamos a crear y pensar de manera diferente. Hemos de aprovechar el nuevo escenario para reinventar nuestros hábitos y patrones de conducta. Conviene que desafiemos la rutina, rompamos la inercia, demos la vuelta a nuestro mundo y seamos rebeldes constructivos.
• Si queremos superar la crisis, hemos de superarnos a nosotros mismos en cada instante. Debemos convertirla en el desafío que nos lleva a extraer lo mejor de nosotros mismos en cada momento.
• Cultivemos el optimismo y la confianza basada en la realidad. Es mejor dejar de hablar de fantasmas o amenazas y actuar en la realidad, dando siempre lo mejor de nosotros mismos. El destino es aquello que nos sucederá seguro si no hacemos nada para evitarlo.
• Cooperemos y seamos íntegros. Solo si cumplimos lo que prometemos y predicamos con el ejemplo seremos de confianza, y únicamente siendo de confianza seremos capaces de generar el compromiso en los demás.
• Hemos de encontrar un sentido a nuestro dolor. Tenemos que vivir el duelo por lo que hayamos perdido, no es bueno negarlo. Pero podemos quedarnos con lo bueno del pasado, agradecerlo y hacer que esa gratitud crezca en nosotros y se convierta en un don que podremos entregar a los demás para que sus duelos sean más soportables y sus vidas, mejores y más bellas.
• Amemos y hagamos. Si la vida tiene sentido es por el amor y por lo que este genera: belleza, verdad, calidad, bienestar, plenitud, alegría, felicidad y todo lo mejor que podemos vivir. Hemos de convertirnos, en lo personal y en lo colectivo, en una fuente deliberadamente consciente y activa de todo ello. La crisis es mucha menos crisis si amamos y nos sabemos amados.

Corrección: Irene González | http://www.SinergiaLiteraria.wordpress.com